El compendio en sus páginas hacía una reseña de como debías comportarte ante una situación determinada para llegar a ser una persona con éxito y por supuesto de agrado a los demás. Referente al tema de la charla, recomendaba prestar siempre mucha atención a tu interlocutor para ser considerado un gran conversador. Las personas siempre han tenido la necesidad de ser escuchadas, así que oír y dar tu aprobación a todo lo que digan, era suficiente.
Realmente lo que quedó en mi memoria fue el capítulo dedicado a dar las gracias a los demás por todo lo que hagan por ti. A modo de anécdota para el relato, el escritor escribió sobre la esposa de un granjero y madre de tres hijos, que se esforzaba día a día para cuidar de ellos y dentro de los escasos recursos con que contaba la familia servir a todos luego del trabajo en el campo una nutritiva comida que con amor preparaba. Pero un día cansada de que todos simplemente se servían, comían y levantaban de la mesa sin darle las gracias por todo lo que por ellos hacía, colocó una paca de heno en cada plato. Esa fue la forma que encontró para que todos supieran que ella también hacía algo por ellos.
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